LAS PALABRAS HABITABLES (Y LAS QUE NO)
Habitar es disponer cosas entre nosotros...
Desde bebés, con el aprendizaje de la música de la lengua, pasando por la designación de algo señalado, la designación más tarde de algo ausente, el juego, las sílabas, los relatos, las narraciones, incluso también los relatos que se relacionan con la vida personal, son los que van organizando nuestra experiencia y van conformando el tejido de relatos y narraciones donde están incluidas las culturas orales, lo lúdico y lo poético.Esta urdimbre va tornando más habitable el mundo. Y este paisaje es habitable también al relacionar la lengua con el paisaje que nos circunda. Habitar aquello que proyecta algo poético, habitar una lengua cercana al cuerpo, cercana a la ensoñación, a esa parte invisible, es vital. Está en juego una estética de la vida cotidiana.
Esta trama de la que hablamos comienza en casa, con los padres como mediadores. Y si los padres no pueden , el arte trama este tejido. Y va más allá de la inserción social.
Leer no idolatra, abre el infinito a una pluralidad de sentidos. Ayuda a ser finos y críticos lectores.
Necesitamos pasar por la experiencia (y la lectura lo es) que abra el espacio a la exploración y que haga el mundo más habitable. Somos animales poéticos. Tenemos necesidad del arte porque representa nuestro camino interior.
Leer en busca de poesía y de juego. Leer para sustituir el caos por un poco de orden.
Y completa esta ponencia recordando una anécdota/escrito de Galeano:
Una niña llega por primera vez al mar y le dice a quien la acompaña: "ayudáme a mirar".
Los libros, el arte, ayudan a mirar...
Michéle Petit
Vía: Librería Palabras sin prisa
No hay comentarios:
Publicar un comentario