La vestimenta en 1810
En la colonia las clases o grupos
sociales estaban muy divididos, no se respetaban los derechos de las clases
bajas.
Los negros eran traídos como esclavos desde África y en condiciones inhumanas,
muchos morían durante el viaje en barco. Luego aquí eran vendidos en el mercado
para realizar diversas tareas, se podían leer anuncios clasificados en el
periódico de esa época como por ejemplo: “Vendo esclavo negro, sabe cocinar y trabajar la tierra”
También eran exhibidos en la plaza mayor, se realizaban subastas y eran
vendidos al mejor postor, se hacía lo mismo que con los animales de carga.
Los esclavos negros eran los que menos derechos tenían, sus tareas iban desde
trabajar en el campo hasta las tareas domésticas. Muchas veces recibían
latigazos de parte de sus amos. No gozaban de ningún tipo de libertad. Sus amos
los alimentaban y los proveían de ropa de acuerdo a su voluntad. Vestían con
chaquetas de bayetón y pantalones de la misma tela, por lo general estaban
descalzos o con ojotas hechas de cuero de vaca o cerdo. En algunas ocasiones se
podía ver a algunos negros ataviados con las sobras de sus amos, por lo que
muchas veces usaban los pantalones largos, ropa muy grande, etc.
Las damas de la época colonial, no se vestían como se ve en este óleo de
Carnacini o en dibujos de revistas infantiles, con faldas anchas, con volados y
miriñaque, grandes mangas y peinetones, eso fue posterior para 1830, época de
Rosas.
En la colonia, año 1810, las damas de clase alta “decente”, adoptaron la sencillez
de la Francia
revolucionaria, con colores muy pálidos, marfil o blanco, el corte debajo del
busto estilo imperio con grandes escotes y telas muy finas y transparentes como
la muselina, (aún en invierno debajo de los vestidos solo tenían una enagua de
la misma tela, de allí que la enfermedad mas común entre las señoras era “el
mal de la muselina”, bronquitis fuerte).
A veces le bordaban mostacillas.
Vestido de tarde de linón color natural
con mostacillas y lentejuelas doradas.
Corte imperio tipo napoleónico.
Fuente: Museo General Saavedra |
Tampoco usaban peinetones, sólo la pequeña peineta española (tipo
teja) caladas y talladas en carey. Para ir a misa, sobre la peineta se
colocaban la mantilla española, el misal y el infaltable abanico.
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Abanico de país.
El campo del abanico es de papel apergaminado con dibujo de flores y varilla de marfil. Estilo romántico. Fuente: Museo General Saavedra |
Los peinados estilo
romanas, con pequeño rodete alto, rizos a los costados y todo adornado con
perlas y collares.
Los zapatos eran de tela, generalmente blancos o negros, ellas mismas los
cosían y bordaban con mostacillas, luego los zapateros les colocaban las
suelas, sin tacón.
Los caballeros se vestían al estilo inglés combinaban chaqueta oscura, con
ceñidos calzones cortos en blanco, natural o amarillo.
Debajo medias de seda blancas. Las camisas con cuello “palomita” y yabot o
pañuelo de seda, terminaban en mangas rematadas con puntillas.
Era de gran elegancia llevar galera y bastón, los funcionarios del
cabildo usaban pelucas blancas entalcadas, estilo francés.
Los paraguas eran muy pocos, solo algún que otro representante del cabildo lo
poseía, en el Museo de Historia Nacional hay uno perteneciente a un
cabildante.
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Traje utilizado por funcionarios españoles
en el Cabildo (cabildantes).
Compuesto de chaqueta y chupa de seda rosada. Corbatín de encaje, calzas de seda y medias blancas. Zapatos de gabelino con hebilla de metal engarzada de pedrería, estilo Luis XIV. Espadín modelo sforza. Fuente: Museo General Saavedra |
Los zapatos se importaban de Europa y tenían grandes hebillas de bronce,
eran muy costosos.
Los niños vestían casaca, calzón corto y chaleco. Las niñas vestían como las
señoras.
Para la gente pobre la principal indumentaria era el poncho, un sombrero bajito
y un pañuelo para atarse a la cabeza. Iban descalzos o usaban los zapatos que
les daban los ricos.
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El gauchito, óleo de L. Palliere.
Fuente: Felix Luna, Historia Integral de |
Los esclavos usaban la ropa vieja de sus amos. La ropa era muy cara, por eso
entre la gente pobre, formaba parte de la herencia.
Fuente: Patricia Raffellini – Museo
del Traje - “Memorias del Buenos Aires virreynal” de Mariquita Sánchez de Thompson. “Buenos Aires” de Manuel Bilbao - Cicerchia, Ricardo. Historia de la vida privada en la Argentina , San Pablo, Troquel, 1999.